Naturaleza pintando

un acercamiento en imágenes

desde 2018 en Flor del Sol,

Buenavista, Santa Cruz, Bolivia

En una profunda conexión con la naturaleza ha empezado el mundo de expresión artística de la humanidad. Yo he entrado a ella en la época postmoderna, en donde la abstracción, el purismo y los monocromos han dado paso a un arte que aparecía de forma independiente solo comprometido con su propia naturaleza interior.

Con un ojo tan formado, descubrí en la naturaleza estos cuadros pintados por la naturaleza, que ahora se pueden ver aquí en mi galería en línea. Me percibo a mí mismo como que voy al revés o, en otras palabras, llevo dentro de mí el desarrollo humano en el arte y lo devuelvo a su fuente misma, a la naturaleza.

Una visión de la naturaleza que nada tiene que ver con la fascinación por bellezas exóticas, tampoco por el encanto de una sofisticada perfección en sus creaciones, cuyo énfasis admirador en los diversos medios de expresión puede, por supuesto, también tocarme.

La belleza a menudo solo se me muestra aquí en este contexto en un recorte ampliado más allá del reconocimiento donde la figura comienza a desaparecer en su totalidad. La asignación de nomenclatura ya no está disponible de forma inmediata y automática. En lugar de eso emergen como pinturas abstractas la forma, la estructura y el color. Donde este método no es suficiente o apropiado, trato de disociar la percepción evidente con la herramienta del desenfoque hasta el punto de que los contornos y los colores parecen difuminarse entre sí.

La imperfección aún técnica de mi relativamente antiguo modelo de iPhone, que utilizo para todos los cuadros, ha demostrado ser útil para esto. La borrosidad atmosférica cambia la vista al ser sinónimo del carácter más esencial de la naturaleza, su impermanencia, caducidad, fugacidad, volatilidad en el proceso entre el paulatino devenir y desvanecer como característica esencial de la naturaleza, el cual une a todas las formas de su manifestación.